En un momento en el que en cada segundo que pasa hasta 700 kilos de residuos plásticos se pierden por siempre en el océano, el uso de hasta 25 puede evitarse, simplemente con esta innovación para depurar el agua de la canilla.
Promovida por la empresa homónima, creada por expertos españoles y franceses en ingeniería térmica y de fluidos, además de en tratamiento de agua, la idea avanza precisamente hacia eso. “No podemos afrontar los desafíos de hoy con las soluciones de ayer”, afirman. Y los de hoy, como esta novedosa lata, pasan por la innovación y la sostenibilidad.
Ambos aspectos confluyen en la lata filtrante Dropson que, además de maximizar los recursos mediante la depuración del agua de la canilla, ahorra en uso de plástico frente al agua embotellada. Además, cuando llega al final de su vida útil, puede reciclarse sin mayor impacto en los contenedores para tal fin. Para ello, el sistema ha sido diseñado con materiales bio y con plásticos reciclables y alimentarios, según explican los creadores. En esa línea, el filtro que incorpora se aleja totalmente de los químicos, para estar hecho de fibras vegetales, polvo de carbón activado y bacteriostáticos naturales.
A sus ventajas para proveerse de agua de manera más sostenible, este invento suma otras. Con capacidad para purificar hasta 300 litros durante los tres meses en los que el filtro funciona de forma óptima.
La flexibilidad del invento, la posibilidad de trasladarlo a cualquier lugar, su facilidad de uso y su eficacia también son aspectos que destacan de esta idea. Así, sin necesidad de instalación previa, esta lata que depura el agua a un ritmo de un litro por minuto se adapta con facilidad a prácticamente cualquier canilla tipo estándar. En todo caso, para quienes no lo tengan tampoco hay impedimentos, puesto que un adaptador de boquilla de la misma marca acabaría con el problema.
Para dejar correr la canilla y obtener de ella, agua libre de elementos contaminantes, pero que conserva los minerales, el mecanismo es sencillo y casi instantáneo. Como muestra este video, sólo son necesarios cuatro pasos muy simples. Primero, habrá que despojar la lata de las tapas de protección. A continuación, deberá insertarse en la canilla, para abrirlo lentamente y dejar que el agua corra por ella, hacia un vaso o una taza. Tras su uso, solo quedará guardarla en la heladera hasta que sea necesario ponerla otra vez en funcionamiento, en vez de acudir al agua embotellada y seguir contribuyendo a la contaminación de la superficie marina de la tierra.
Fuente: Eco Inventos
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