Henry Joseph Junior – Director Técnico de ANFAVEA, la asociación brasilera de fabricantes de vehículos automotores estuvo presente en el simposio “Soluciones de Bioenergías y Políticas Públicas”, organizado en forma conjunta por la Universidad de San Pablo Tucumán y el Arranjo Productivo Local do Álcool (APLA) – una entidad que agrupa a todo el clúster cañero de Brasil. Abarca tanto instituciones públicas y privadas, como empresas de todos los eslabones de la cadena agroindustrial sucroalcoholera.
En una entrevista exclusiva con bioeconomia.com.ar, el experto brindó su opinión sobre el potencial del bioetanol en Argentina.
– ¿Es posible ir a mezclas de etanol en la Argentina similares a las que utilizan en Brasil?
– Absolutamente. Hay que tener en cuenta que los cambios no se dan de un día para otro. Hay que establecer las metas a donde se quiere llegar y en qué plazos. Cuando nació el Programa Proalcol en Brasil, en el año 2003, se establecieron dos objetivos: lograr mezclas altas de etanol en la gasolina (mayores a 15%), e incentivar el desarrollo de motores que funciones 100% con alcohol. Hoy prácticamente la totalidad de las ventas de autos cero kilómetros son con tecnología flex. Esto es porque los consumidores ahora pueden elegir si quieren utilizar solo alcohol o no. “Esa es la clave, la libertad de elegir”.
Si hay una decisión de ir a cortes por encima del 20%, tiene que haber un tiempo prudente para que las automotrices puedan adaptar sus motores al nuevo combustible. Pasado ese lapso, no habrá ningún problema. La dificultad mayor está en la logística de combustibles, porque en ese caso el nuevo combustible deberá convivir con el actual hasta que se renueve el parque. Es una situación compleja. Por eso creo que es más adecuado comenzar a distribuir etanol y utilizar vehículos flex, dejando la misma nafta como está hoy al 12%. En la medida en que el uso de etanol vaya creciendo por elección de los consumidores, luego se puede ir definiendo objetivos y metas para mezclas mayores.
– Hay muchos que dicen que con el clima y la geografía argentina es imposible instalar el flex ¿Está de acuerdo?
– Las nuevas tecnologías de motores, me refiero a los motores con inyección directa en la cámara de combustión que trabajan a presiones muy altas, del orden de los 600 a 800 bar, generan una pulverización muy alta que facilita mucho el arranque en frío. En Brasil, los autos con esas tecnologías no tienen problemas. Estos autos pueden funcionar sin problemas en la Patagonia. Esta tecnología no fue desarrollada para el uso de alcohol, sino por un programa del gobierno establecido en 2012 que exigió bajar los consumos un 12%. Hoy prácticamente todos los fabricantes disponen de esta tecnología.
– Si se introduce la tecnología Flex en Argentina, ¿Considera que el alcohol debe ser anhidro o puede ser hidratado?
– Desde el punto de vista del motor, no hay ninguna diferencia. Dependerá de los intereses del sector. Si conviene que haya un solo tipo de alcohol que sirva también para la mezcla, en ese caso tendría que ser anhidro. Pero hay que tener mucho cuidado con la contaminación con agua porque el anhidro es muy higroscópico.
– ¿Como está el consumo de biodiesel en Brasil?
Hace pocos meses se paso del corte del 8% al 10%. Hay una iniciativa para llevarlo al 15%. Pero las distribuidoras se oponen porque no tienen la infraestructura logística de almacenaje. Es un debate que se está dando ahora.
– ¿Cómo ve el futuro de los autos eléctricos en Brasil?
Nosotros, los ingenieros no tenemos dudas que en el futuro los autos van a ser eléctricos. Enchufables o con celdas de combustibles. La calidad del vehículo eléctrico es innegable. No hace ruido, es más barato, necesita menos mantenimiento, es más chico, tiene muchas cualidades. El problema es la electricidad. En Europa la participación de los biocombustibles es muy pequeña. Otorgan fuertes incentivos al uso de estos autos, mediante subsidios o exenciones impositiva y aun así su precio es alto. Pero en Sudamérica, el poder adquisitivo es menor y la cuestión ambiental de las emisiones de gases de efecto invernadero está salvada con los biocombustibles. En términos de reducción de gases de efecto invernadero los biocombustibles son formidables. Le apuntamos más a los vehículos híbridos flex. Hay varios fabricantes que están trabajando en esto. Es una solución ambientalmente fantástica. Por los próximos 20 años seguiremos hablando de biocombustibles.
Fuente: Bioeconomía