ABB aprovecha su patrimonio de 25 años en técnicas de energía solar y su experiencia de trabajo en ambientes extremos y colabora con el gobierno de Uruguay para energizar una base de investigación sustentable en la Antártida. El continente helado cuenta con una extensión de 14.000 kilómetros cuadrados y condiciones extremas que incluyen temperaturas tan bajas como -89.2 °C además de vientos que superan los 200 km/h. Esto vuelve a la Antártida uno de los lugares más inhóspitos del planeta.
También es un centro de investigación fundamental para ampliar la comprensión del cambio climático global y del futuro del planeta. Dada su condición de plataforma para realizar investigaciones ecológicas de suma importancia, es vital que toda investigación sea inofensiva para el delicado ecosistema. Por este motivo existen acuerdos y tratados estrictos que comprometen a todas las bases científicas a proteger el territorio con programas de monitoreo continuo para evaluar el impacto de cualquier actividad que se realice.
Como muchas otras naciones, Uruguay posee una base para la investigación científica en la Antártida desde hace más de 30 años. La base Artigas, inaugurada en diciembre de 1984, funcionaba como residencia de 10 científicos y 15 tripulantes durante el verano y obtenía la energía de generadores diésel.
Además del impacto ambiental, la logística que implica la compra, el transporte y el almacenamiento de diésel en condiciones tan remotas, vuelve al uso de combustibles fósiles una solución ineficiente, peligrosa y costosa para este tipo de bases.
Hace mucho tiempo que el gobierno uruguayo es un defensor de las energías renovables y después de un programa de 10 años para reducir su dependencia de combustibles fósiles, 97% de la electricidad del país proviene ahora de la energía hidroeléctrica, solar, eólica y biomasa. En esta línea, el gobierno buscaba extender su programa más allá de las fronteras uruguayas e integrar las energías renovables en la base Artigas a fin de garantizar su sustentabilidad y el vital trabajo de investigación que se realiza allí.
El gobierno seleccionó a Novasol Ingeniería, el mayor instalador de soluciones fotovoltaicas en Uruguay, para que montara una instalación solar experimental diseñada para resistir los formidables desafíos ambientales de la Antártida. A fin de desarrollar una solución sustentable, el equipo de trabajo tuvo que enfrentar una cantidad de desafíos sin precedentes, incluidos vientos cortantes de hasta 200 km/h y temperaturas bajo cero, sumado a variaciones extremas de la luz diurna, de hasta 16 horas en verano y menos de dos horas en invierno. Es por eso que la instalación debió completarse dentro de una ventana de tiempo muy breve, antes del cambio de estación y el comienzo del invierno.
Novasol recurrió al apoyo de ABB para ayudarlo con la provisión bajo esas circunstancias desafiantes únicas. Se propuso una solución que incluyó el inversor monofásico UNO-DM-1.2-TL-PLUS-SB (1,2 kW a 230 VAC), un datalogger VSN700-03, un panel de accesorios UNO-DM-COM KIT, una estación meteorológica VSN800-14 y conectores RCD y MC4-Evo2.
Dados el posible impacto ambiental y los costos involucrados, Novasol y ABB se unieron al Instituto Antártico Uruguayo y a la empresa de servicios públicos UTE para recrear el medioambiente antártico hostil en un laboratorio y probar la solución antes de la instalación. Ese ensayo riguroso aseguró que la solución funcionara en el campo.
Gracias a las capacidades flexibles plug-and-play del inversor UNO-DM-PLUS, junto con el monitoreo remoto a través de la solución de supervisión Aurora Vision de ABB, Novasol no solo podría completar la instalación del 1,2 kW dentro de un plazo de 3 días, sino que también podría monitorear a distancia su rendimiento cuando se recopilan datos sobre los patrones climáticos que, en el futuro, van a brindar información más precisa a instalaciones de mayores dimensiones.
Tal como comentó el contralmirante Núñez, Presidente del Instituto Antártico Uruguayo: “La configuración previa del sistema en el entorno de prueba hizo que el trabajo de instalación en la Antártida fuera muy sencillo”. Por su parte, Francisco Manfredi, Service Sales Specialist de ABB, explicó: “Trabajamos estrechamente con nuestros colegas a fin de desarrollar una solución única para uno de los medioambientes más inhóspitos del mundo. Ahora, como fruto de ese trabajo, estamos protegiendo el ecosistema local mientras generamos la energía necesaria para alimentar esta investigación vital sobre el calentamiento global y el futuro de nuestro planeta. Es una victoria que muestra lo poderosas que pueden ser nuestras soluciones del generador al enchufe, en cualquier ubicación”.
Uruguay tiene previsto generar 45% de la energía necesaria para la base Artigas con fuentes renovables, por lo que está planificando la instalación de una planta de 1000 kW para 2019.
Fuente: ABB