La industria del biodiesel en nuestro país tiene una historia muy reciente. En 2007 no existía una sola fábrica dedicada a una generación masiva de este biocombustible, pero hoy, ya hay treinta y siete plantas, diez de ellas situadas en esta región que concentra el grueso de la producción nacional.
Ha demostrado siempre un fuerte compromiso con el desarrollo económico social de nuestro país y especialmente con el interior de nuestra nación. Considérese que para el año 2007, no existían las fábricas que Argentina tiene en esta actividad en la actualidad. En menos de 10 años, Argentina pasó a contar con 37 plantas de biodiesel con una capacidad de producción de
La elaboración, a finales de 2017, fue de 4,4 millones de toneladas (Mt), lo que representó un negocio de casi 1.200 millones de dólares solamente en exportaciones, a lo que hay sumarse el equivalente pagado en el mercado interno por casi 1,2 Mt utilizado para el corte obligatorio que por ley se impuso al gas oil.
Y si de generación de puestos d etrabajo se habla, representa casi 2.000 puestos de empleo directos y otros 4.000, indirectos.
Todos estos datos se desprenden de un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), de la mano de dos estudiosos en el tema como lo son Julio Calzada y Federico Di Yenno.
“El biodiesel genera un efecto multiplicador sobre el resto de la economía.No debe olvidarse la importancia que reviste esta industria en el mapa económico de todo el país, con cifras notables para un complejo que no tiene más de 10 años de consolidación”, indicaron ambos profesionales.
Desde aquel primer impulso que los empresarios dieron a esta incipiente industria, como así también el aval del gobierno de entonces, a hoy, hubo muchas variaciones en las reglas del juego a seguir, tanto internas como externas. Demasiadas quizás para, en este lapso, proyectar la recuperación de las inversiones realizadas y disfrutar de un escenario de mayores ganancias.
Se sabe que el mercado mundial se mostró (y se sigue mostrando) remiso a la importación del productos, tal como sucedió oportunamente con la Comunidad Europea y el año pasado con Estados Unidos, lo que le quita previsión, pero también están los factores internos de una regulación de precios para su venta en el mercado local (muchas veces destazados de los costos e índices inflacionarios) o la imposición de altas retenciones tributarias sobre su exportación.
La semana pasada, por ejemplo, el gobierno volvió a imponerlas a un nivel bastante más alto de lo calculado (y prometido), pasando del 8% al 15% (la alícuota efectiva pasó del 7,41% al 13,04 sobre el valor FOB del producto). Hasta hace un par de meses, eso esa impensado, pero hoy, rige.
Una de las mayores amenazas es el alto nivel de capacidad ociosa existente, ubicándose en la actualidad por encima de 40 por ciento de la capacidad productiva instalada. En 2017, con cifras que mejoraron la performance de los últimos años, la capacidad esa tasa se situó en 37 a 39 por ciento.
Así y todo, los empresarios del sector siempre se mostraron optimistas, más allá de las situaciones coyunturales, pues entienden que es una industria de enorme futuro, entendiendo que se trata de una producción ecológica e ilimitada.
El trabajo elaborado por la BCR resume, a la perfección, esta primera década de existencia. A saber:
-En Argentina, hay treinta y siete (37) plantas de biodiesel con una capacidad de producción conjunta de 4,4 millones de toneladas.
-El 70% de la capacidad de producción está concentrada en la región, donde 10 plantas tienen capacidad de producir hasta 3 millones de toneladas por año.
-La mitad de las fábricas (18) están ubicadas en Santa Fe, por lo que la provincia concentra el 80% de la capacidad de producción nacional.
-En el país hay 12 plantas de gran tamaño, con capacidades de producción iguales o superiores a 100.000 t/año, cada una de ellas. De esa docena, 11 están en la provincia de Santa Fe y, más precisamente, 10 de ellas en el Gran Rosario, donde funciona el complejo oleaginoso.
-De la docena de plantas productoras de biodiesel de mayor tamaño, sólo dos están fuera del área del complejo sojero, y ellas son una que pertenece a Vicentín, en la localidad de Avellaneda, y la otra a la firma Viluco SA, en la ciudad santiagueña de Frías.
_Las 7 plantas más grandes de Argentina están ubicadas, mayormente, entre San Lorenzo y Timbúes, con capacidades de producción por encima de las 240.000 t/año. Las 4 principales son Louis Dreyfus, en General Lagos, con una capacidad de producción anual de 610.000 toneladas; Renova, en Timbúes, Patagonia Bioenergía, en San Lorenzo, y Terminal 6, en Puerto San martín, con una capacidad de 480.000 t/año, cada una.
-La industria de biodiesel en el país ha generado alrededor de 2.000 nuevos puestos de trabajos directos y no menos de 4.000 nuevos puestos indirectos. El biodiesel genera un efecto multiplicador sobre el resto de la economía.
-Argentina es el 5° productor mundial de biodiesel computando todas las materias primas y el 3° productor mundial de biodiesel en base a aceite de soja. Por otra parte, es el 1° exportador mundial de este producto.
-En el 2017, la producción de biodiesel ascendió a 2,9 Mt, mientras que las exportaciones alcanzaron a 1,65 Mt. Cerca de 1,17 Mt de biodiesel se destinó al corte con gasoil para los autos argentinos.
-Es un negocio que generó exportaciones por U$S 1.224 millones en el 2017. El 59% de dichas exportaciones (casi 1 Mt) se destinó a EE.UU. por un valor total de casi 725 millones de dólares. Un 38,5% de las exportaciones se comercializó a países europeos.
-La demanda de gasoil para el parque automotor y la agricultura (cifras del 2016) habría sido de 13.700 millones de litros, de acuerdo con un cálculo efectuado por especialistas del USDA. El biodiesel utilizado para mezclar con gasoil fue de 1.200 millones de litros. Cerca de un 9% del consumo total.
Fuente: SL24