En Aluminé pusieron en funcionamiento una planta de biodiésel. La primera producción experimental reunió 100 litros de combustibles. El emprendimiento es encarado por estudiantes de la escuela secundaria agrotécnica Sagrada Familia, la empresa privada Bucalemu y el municipio de Aluminé.
El biodiésel se produce con aceite de cocina usado, y el primer objetivo de esta iniciativa es que ese desecho no llegue al río ni tampoco a ningún lugar donde sea contaminante de la naturaleza. Para la experiencia inicial recibieron aceite usado de los distintos comercios gastronómicos de Aluminé y Villa Pehuenia. Mariano Dietrich, secretario de Producción y Ambiente, municipal explicó que el objetivo “no es económico, sino que tiene que ver con reutilizar un residuo que genera inconvenientes importantes”.
Todo comenzó tiempo atrás cuando la empresa adquirió la maquinaria y la dejó prestada en la escuela. El Municipio se enteró de esa adquisición y comenzó a idear su puesta en funcionamiento en el marco de las reuniones, con otras comunas, sobre Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU). La gestión continuó con los directivos de la escuela Sagrada Familia, con la que el Municipio coordinó estrategias para ponerla en marcha.
Luego, dos estudiantes de la EPET 21, de orientación en energías renovables y alternativas, contaron su experiencia en una prueba piloto a muy pequeña escala de fabricación de biodiésel. Después se realizó el primer acondicionamiento del espacio en el que se emplazó la planta. El grupo de jóvenes Manos en Acción, encabezado por Jordana Haygo, la representante joven de Aluminé 2018, brindó ayuda y se capacitó.
Finalmente, la semana pasada la pusieron a funcionar, procesaron los primeros 100 litros de aceite vegetal usado y se lograron 80 litros de biodiésel y 20 de glicerina. La planta tiene una capacidad de elaboración de 100 litros cada diez horas y la idea es elaborar dos tandas por semana. El aceite vegetal usado es un residuo contaminante que puede ser utilizado como materia prima para la producción del biodiésel. El proceso comienza con un prefiltrado, ya que se trata de aceite utilizado en frituras, por lo que la presencia de residuo es inevitable. A lo largo del proceso pasa por dos filtros más y dos cámaras. El resultado es que el 80% del aceite se convierte en biodiésel y el 20% restante en el subproducto glicerina. Los residuos depositados en los filtros se destinan a la compostera, por lo que no deja ningún nuevo residuo.
El secretario municipal de Producción y Ambiente comentó que incluso están pensando en recibir aceite de casas de comidas de otras localidades cercanas.
1,2 litros de aceite vegetal son necesarios para producir un litro de biodiésel. En el proceso de producción quedan como subproductos glicerol y ácidos. La experiencia que comenzó en Aluminé puede servir de disparador para abrir un nuevo nicho en la producción de insumos energéticos en la provincia. Por ahora es experimental.
Fuente: La Mañana de Neuquén